Enel capítulo XXII de la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha se cuenta la más extraña de las aventuras del caballero manchego: aquella en la que don Quijote libera a una docena de presos que eran conducidos a galeras, los cuales acaban apedreando al pobre hidalgo loco y su fiel escudero. Ni que decir tiene, la
1 2; Capítulo II Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso don Quijote (1 de 2). Hechas, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento 1, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, 2 según eran los agravios que pensaba deshacer, tuertos que enderezar 3,
Capítulo22: " De la libertad que dio don Quijote a muchos desdichados que, mal de su grado, los llevaban donde no quisieran ir ". Al comienzo del capítulo, Cervantes atribuye la autoría de nuevo al cronista ficticio: "Cuenta Cide Hamete Benengeli, autor arábigo y manchego, en esta gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada
DonQuijote, sabiendo que pronto morirá, pide un confesor y un escribano para redactar su testamento. El sacerdote llega y encuentra que Don Quijote, ahora Alonso Quixano , está en su sano juicio y puede proceder con su confesión. Los amigos se van para que se lleve a cabo la confesión. Cuando regresan, Don Quijote les lee su testamento.
Despidiósedel cabrero don Quijote y, subiendo otra vez sobre Rocinante, mandó a Sancho que le siguiese, el cual lo hizo, con su jumento I , de muy mala gana. Íbanse poco a poco entrando en lo más áspero de la montaña, y Sancho iba muerto por razonar con su amo y deseaba que él comenzase la plática, por no contravenir a lo que le tenía
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